Nuevo término para el diccionario: “Homo-fascismo”

Gracias al omnipresente y poderoso “Lobby Gay” creado en las distintas esferas de la sociedad occidental para promover los supuestos derechos de los grupos LGTB (Lesbianas, Homosexuales, Transgénero y Bisexuales) se ha construido de forma muy reciente una cultura de animadversión hacia todo lo que no apoye sus proyectos de reclamada igualdad. Una posición que recientemente ha acuñado el término de “homo-fascismo”, el cual consiste en la persecución y difamación sistemática de todo aquel que se oponga a la legislación que promueven. Sea a través de la implementación de leyes, acecho mediático o acoso social este monstruo sin cabeza pareciera copar todos los ámbitos.   

A raíz del creciente malestar que ha despertado esta influencia en Estados Unidos se ha creado un movimiento social para establecer el Día del  Orgullo Exgay en el cual se pretende visibilizar la realidad de muchas personas, que habiendo experimentado un quebranto en sus preferencias sexuales han reestablecido su vida sexual de acuerdo a la naturaleza. Semejante iniciativa ha provocado la furia de los grupos de poder a favor de la agenda LGTB quienes han intentado evitar a toda costa la libre expresión de los exgay. Esto en gran medida porque socaba la hipótesis incomprobable científicamente de que los homosexuales y lesbianas nacen y no se hacen en su proceso de desarrollo.   

Según fuentes informativas estadounidenses el pasado 31 de julio se quería realizar el primer día Ex-Gay Pride (Orgullo ex homosexual), pero debió suspenderse debido a la avalancha de amenazas recibidas por los organizadores de la actividad. Una estrategia de odio muy similar a la desplegada en contra del médico español Joakim de Irala cuando meses atrás visitó Costa Rica para participar de una conferencia sobre bioética, ataques promovidos por el disgusto del “Lobby Gay” nacional contra la postura del galeno de que la homosexualidad puede ser revertida. La mencionada actividad pretendía llevarse a cabo por primera vez en Norteamérica, pero tuvo que aplazarse hasta setiembre por las molestias mencionadas. Quienes están al frente de la convocatoria son el Consejo de Investigación de la Familia (Family Research Council) y varios activistas ex-Gay quienes han sido los que más se han visto perjudicados.

"Estamos cansados ​​de estar en la defensiva, por lo que vamos a ser activistas y reclamar nuestros derechos frente al “Lobby Gay” que va con sus megáfonos gritándonos obscenidades, y llamándonos mentirosos y farsantes", un comportamiento que los ha llevado a los grupos de ex homosexuales a calificar estas prácticas de “homofascismo”. Postura agresiva que es característica de los movimientos LGTB quienes lejos de manifestarse respetuosa y dignamente en sus actividades acostumbran hacer alarde público de sus excesos y excentricidades. Una actitud que para el resto de la población en muchos casos resulta avasallante y para los más críticos deja en claro que su lucha por igualdad no es más que una máscara para legitimizar sus propias preferencias sexuales sin que haya un verdadero derecho detrás de ello. Por esta razón es que uno de los puntos que desea ser puesto sobre la palestra pública durante el día de Orgullo ExGay es reclamar en Washington ante la Corte Suprema de los EE.UU. la complacencia de la ley norteamericana a favor del “homofascismo” y en detrimento de un amplio margen de la población que no acepta sus posturas.

Para los más escépticos quizá el término para referirse a esta política occidental promovida por el “Lobby Gay”, que hace alusión directa a la ideología nacionalista europea les resulta excesivo, sin embargo, al analizarlo en profundidad sus efectos son sumamente parecidos. Recientemente este medio hizo eco de la creciente preocupación de las organizaciones cristianas por la presión injusta que viven sus feligreses dentro de sus entornos laborales y de estudio. En muchos de esos lugares se ha vuelto un tema tabú confesar públicamente la animadversión contra las prácticas LGTB. Las personas son sujeto de injurias, falsas acusaciones y discriminación. A esto se le añade que recientemente grupos cristianos que se manifiestan en contra de la agenda del “Lobby Gay” han sufrido atentados durante sus actividades en la ciudad de Seatle. Para mayor preocupación resalta que el interés de llevar a cabo el Ex-gay Pride en la localidad de Washington se debe a que es la única jurisdicción en los Estados Unidos que reconoce a los ex homosexuales como un grupo protegido legalmente. Condición absolutamente contraria a la que gozan los grupos LGTB, quienes son protegidos en muchísimos estados norteamericanos en la actualidad.

Cada vez con mayor frecuencia se agregan noticias, comentarios y pedidos de auxilio en contra de los abusos cometidos de forma sistemática por estas organizaciones, las cuales lejos de pelear por derechos humanos están combatiendo para revestir de legalidad sus preferencias sexuales.  Occidente está polarizado y convulsionado con respecto al tema. En un extremo los activistas homosexuales han ganado una fuerza desmedida que pareciera no tener límites ni control. En el otro lado del ring un grueso de la población incómoda frente al asunto. Algunos de ellos se pliegan fácilmente a una moda con resignación, sin embargo, dentro de ese gran grupo hay muchos que no pretenden continuar en silencio. La próxima marcha del 10 de agosto visibilizará a un enorme grupo de costarricenses que se han comprometido con los conceptos de familia que involucran a un varón y una mujer como líderes de un hogar. Frente a un flagelo que desea socavar los elementos más fundamentales de cualquier sociedad se espera la reacción de miles… la pregunta es si serán suficiente para detener el avance del “Lobby Gay”. 

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